miércoles, 21 de noviembre de 2018

El cachondeo de la justicia

Hace años, aquel político andaluz llamado Pedro Pacheco, que fue alcalde de Jerez de la Frontera con el Partido Andalucista, dijo en público que "la justicia es un cachondeo".

Hace poco el Tribunal Supremo primero sentencia y luego da marcha atrás.

Los jueces insisten en que nadie les llama para decirles que rectifiquen. Pero entonces, ¿por qué rectifican? ¿Cuándo se equivocaron, la primera vez o la segunda?

Dice el viejo dicho que "la mujer del césar además de ser honrada, tiene que parecerlo". De nada sirve que se asegure la imparcialidad y la honestidad de la judicatura, cuando se producen estas situaciones bochornosas, y otras situaciones que las personas que no tienen nada que ver con jueces y abogados, no comprenden porque no tienen sentido para ellos, como que en diferentes juicios por las mismas cuestiones se emitan veredictos opuestos.

Lo único que ha quedado claro con este tema es que si el Tribunal Supremo cambia de criterio de esta manera, cualquier tribunal puede hacerlo y no hay garantía de nada. Cosa que ya saben los abogados, y si no me crees habla con alguno.

Es lamentable que la vida y el destino de muchas personas esté en manos de unos jueces que pueden hacer lo que les dé la gana, y por mucho que ellos digan que no, eso es lo que ocurre. Y es que todo es justificable, y las leyes se dejan lo suficientemente ambiguas para que no haya una interpretación sencilla.


Así que lo que algunos ya sabían, que un juzgado es parecido a cualquier casa de putas, se acaba de confirmar, pero en los telediarios.

Como decían los niños, la mierda flota.