sábado, 21 de enero de 2012

Megaupload y la nube (eso que llaman "Cloud Computing")

Resulta que los pistoleros, o sea los "sheriff" del planeta han sacado las pistolas y han cerrado Megaupload. Y es que esto me suena, es como cuando a Lola Flores la empapelaron los de Hacienda por no pagar lo que debiera.
Quiero decir que no es más que un puñetazo en la mesa, porque eso no se sostiene en ningún país, como no sea que se demuestre que aceptaban tener contenidos ilegales en los servidores. Y eso no se demostrará porque como todos los servidores, los iban borrando en cuanto tenían constancia de ello, es decir, que alguien se lo dijera.
Para eso, los que alojan esos contenidos ilegales en sus espacios privados que pagan, no lo comunicaban y encima les ponían nombres extraños a los ficheros para que no se sospechara su contenido.

Pero lo mejor que ha pasado es que con esto se ha demostrado el peligro que corre la información en manos de terceros, que dijera un abogado. NO es seguro el trabajar con la información en la nube, porque en cuanto el servidor se caiga, sea intervenido o la empresa que lo maneja se vaya a pique, adiós a lo que tuvieras ahí que fuera de importancia para tí. Y da igual que pagues esto o lo otro.

Han demostrado que no tenemos ninguna seguridad con lo nuestro, como con los bancos, nos obligan a tener el dinero en el banco y en realidad lo que hacemos es entregarlo para que trafiquen con él y encima no nos den ni un céntimo de los beneficios que obtienen de lo nuestro, además de cobrarnos gastos por esto y aquello. Pero el dinero no lo garantizan, al menos no podemos ir a ninguna parte a reclamarlo, porque el dinero material ya no existe. Solo son números registrados en ordenadores. Y pueden desaparecer en cualquier momento.

Si la famosa nube ya me parecía un poco oscura, el colmo ha llegado con el FBI y la manera en que han detenido en Nueva Zelanda a los dueños de Megaupload, aunque el servidor estaba en Hong Kong, con lo cual la cosa huele a que los grandes poderes han movido los hilos intentando poner coto a la hecatombe que está sufriendo la industria peliculera y audiovisual.
Aún no comprenden que lo que tienen que hacer es reinventarse, porque ponerles puertas al campo está desde hace tiempo demostrado que no sirve. Pregunten por ahí a los que tienen tierras.