lunes, 17 de octubre de 2011

Ranas en la piscina

No parece nada extraño, si no fuera por los detalles que a continuación expongo.

Hace poco, cerca de mi casa, han construido unos pisos con el típico recinto cerrado y piscina. El caso es que llegado el verano, por las noches se oía el canto de los grillos... y de las ranas.

La sorpresa viene del hecho de que el bloque de pisos se sitúa en la zona de El Cañaveral, en el Puerto de la Torre, y la corriente de agua más cercana es el arroyo Culebra, que lógicamente lleva agua en invierno y cuando llueve.

La pregunta es, ¿de dónde han venido las susodichas ranas?

Pues parece que del campo. Por lo visto, las ranas tienen un olfato muy sensible a la humedad y son capaces de detectar dónde hay agua, ya sea en arroyos, estanques, charcas o... piscinas.

Lo he comprobado cuando han hecho lo mismo en el otro bloque de pisos que han construido en la misma zona. Las ranas lo han colonizado, y en verano hemos tenido concierto nocturno de canto de rana, dale que te pego toda la noche.

Los cantos han cesado cuando los pisos se han empezado a ocupar y la piscina se ha puesto en uso, o sea, se le ha echado cloro por un tubo y los incómodos anfibios cantores se han dado el piro porque, como me ocurre a mí, el cloro no les agrada mucho.

Pero eso sí, me sorprende cómo han llegado las ranas desde algún arroyo cercano, supongo, o de las alcantarillas, o de no sé dónde, pero el caso es que han llegado.

Me alegra suponer que a pesar de la destrucción que estamos haciendo del planeta, la vida sigue y se adapta, de modo que lo que tendremos es un nuevo ecosistema, que no sabemos si será mejor o peor, pero que sobrevivirá. Al menos, así parece.