lunes, 1 de marzo de 2010

Dioses, héroes y humanos

Hay seres humanos que destacan, y durante su vida van acumulando títulos y laureles. A base de ser adorados y adulados, acaban actuando como si fueran dioses, siempre a distancia de la plebe, contemplando el mundo desde el Olimpo con severa mirada.

Sin embargo, no todo es así. Hay quienes bajan a diario a trabajar con los demás, a cambio de un justo precio.

Uno nunca sabe si lo que paga para que uno de estos dioses tenga a bien imponer sus manos sobre su carne mortal y sanarle de sus males es realmente el precio que se merecen. Pero, ¿qué precio le ponemos a la salud?

Sin embargo, incluso los dioses son clementes con los más desfavorecidos, y no solo trabajan a diario con los que les reclaman sus atenciones, sino que además destinan parte de sus emolumentos a atender a los que no tienen con qué pagarlos, e incluso ni siquiera saben que estaban enfermos. Y ni mucho menos saben pronunciar el nombre de su enfermedad.
Por lo tanto, el precio si no es justo, al menos parte de él se dedica a algo bueno. Porque los que están peores que nosotros no tienen nada para pagar los servicios de los dioses.

Y es en forma de ONG, que en estos tiempos son la encarnación de los dioses en la tierra, y que aunque como en todo lo que hacemos los humanos siempre hay vanidad de por medio, como uno de los dioses bajó hasta los infiernos y, junto con otros, impusieron sus blancas manos sobre los que no tenían nada más que calamidades.
Aunque piense que mucho del dinero va a parar en manos de quien no debe, y que hay manos metidas en todos los cajones, al final algunos céntimos llegarán a un sitio adonde realmente hacen falta, en forma de curación de lo que de otro modo sería incurable.

Benditos sean los dioses.

www.ullsdelmon.org