miércoles, 18 de marzo de 2009

Por qué los gitanos se llaman Heredia

Manuel Agustín Heredia Martínez (Rabanero de Cameros, 4 de mayo de 1786 - Málaga, 14 de agosto de 1846) fue un empresario industrial y comerciante español de la naciente industrialización del siglo XIX.

Originario de La Rioja, emigró a Andalucía a la edad de 15 años, donde trabajó como dependiente de comercio en Vélez-Málaga. Empezó a hacer fortuna por el contrabando con Gibraltar durante la Guerra de Independencia.

Sus primeros proyectos empresariales comenzaron en 1808, creando sociedades en Vélez–Málaga y Gibraltar, relacionadas con los frutos secos y el vino. En 1813 se casó con Isabel Livermore, cuñada del Marqués de Salamanca e hija de un comerciante inglés afincado en Málaga: Tomás Livermore Page. Este hecho marcó su definitivo enraizamiento con la clase burguesa malagueña, que utilizó para sus proyectos industriales.

En 1826 creo la sociedad La Concepción en Marbella, en los que fueron los primeros altos hornos civiles de España, iniciándose así en actividades de ferrería, que continuaría con la fundación de La Constancia, en Málaga.

En estas fábricas trabajaron numerosos trabajadores de etnia gitana, por lo que muchos gitanos malagueños llevan el apellido Heredia.
Al no saber leer ni escribir, no estaban inscritos en ningún censo ni registro, ni tenían apellido. Los nombres más comunes eran como por ejemplo "Niña Pastori", que es lo mismo que "la hija de Pastora".

Hacia 1840, Heredia es ya el mayor empresario de España y el primer industrial ferretero. Sus industrias siderúrgicas emplean a unas 2.500 personas.

Aparte de la actividad siderúrgica, fue propietario de dos fábricas de jabón e hilados en Málaga y de una flota de 18 buques mercantes que comerciaban con América. También participó en una compañía de seguros, en el proyecto del banco de Málaga y la fundación del Banco de Isabel II y en una sociedad para crear una naviera de barcos de vapor para unir Cádiz con Marsella
Meses antes de su muerte llegó a ser nombrado senador. Sus actividades culturales incluyeron la fundación y presidencia del Círculo Malagueño y la crianza de caballos de carreras.

Trinidad Grund

Siempre que paso por alguna calle me pregunto a quién se ha dedicado, porque soy así de curioso. Siempre me había preguntado quién era esa tal Trinidad Grund, y por qué tenía tanto renombre en Málaga. Además, en mi familia se mencionaba mucho el colegio de San Manuel. Pero nunca supe bien por qué.
Y como se dice, "para muestra, un botón".

Bien, pues hoy 18/03/2009 el diario SUR de Málaga publica:

El legado docente de Trinidad Grund
La viuda de Manuel Heredia Livermore impulsó un colegio para enseñar a los hijos de los obreros y a los niños necesitados. Hoy, San Manuel cumple 150 años

LOS DATOS
Origen: En 1859 se crea el Asilo de San Manuel y las escuelas de párvulos, una idea de Manuel Heredia que materializó su viuda, Trinidad Grund.
Terrenos: El suelo, situado en El Bulto, era propiedad de la familia Heredia, pero en 1925, y como pago de un crédito, pasó a la familia Larios, manteniendo la cesión para el mismo fin.
Capilla: El templo adosado al colegio se levantó en 1922 y es obra del arquitecto Fernando Guerrero Strachan.
Actualidad: El colegio de San Manuel tiene 672 alumnos de doce nacionalidades y 45 profesores. Es concertado.
El próspero industrial malagueño del siglo XIX Manuel Heredia Livermore dejó escrito en su testamento el deseo de destinar un dinero para crear una escuela en la que pudieran formarse los obreros, los hijos de estos y sus viudas. El colegio se fundó en 1859 en la zona de El Bulto sobre unos terrenos de su propiedad, auspiciado por su viuda, Trinidad Grund, para acoger a los niños necesitados.
Desde entonces ha mantenido su actividad docente de la mano de las Hijas de la Caridad. Decenas de miles de niños han pasado por las aulas del colegio San Manuel. Ayer celebraron por todo lo alto el 150 aniversario de su fundación, aunque las actividades se desarrollarán durante todo el año.
Sin duda, el benefactor, hijo mayor de Manuel Agustín Heredia, «tuvo una mente preclara al querer que sus trabajadores estuvieran formados, como hoy en día lo pretenden los empresarios para incrementar la eficacia de la organización», señaló sor Antonia Toral, que comparte la dirección del colegio con Juana González, ambas religiosas de la Congregación Hijas de la Caridad.
A Trinidad Grund le sorprendió la temprana muerte de su marido con dos hijas pequeñas que, desgracidamente, perecieron en el hundimiento del 'Miño' cuando hacía la travesía hacia Gibraltar. A partir de tan desafortunado hecho, su vida se transformó y puso toda su inteligencia y voluntad al servicio de los menesterosos.

Se entregó en el Asilo de San Manuel. Para las escuelas de párvulos se sirvió de un grupo de señoras de la burguesía malagueña, si bien Trinidad Grund no estaba satisfecha con los resultados. Entonces reclamó ayuda a las Hijas de la Caridad de París, donde vinieron tres monjas a gestionar el centro. Una de ellas, sor Lequette, estuvo casi cincuenta años al frente de la casa.
La viuda de Manuel Heredia abrió el centro en época de máxima pobreza. Las juntas de beneficiencia no daban abasto para atender tanta miseria. Así, la caridad privada, organizada en distintas asociaciones, ejercía de benefactora de la población más pobre.
Con la llegada de las Hijas de la Caridad, la obra se amplió: se creó un obrador externo, una clase de niñas y un parvulario de niños. Más tarde se formó un internado para huérfanos de padre y madre hasta los 21 años. Posteriormente se organizó un lavadero y un planchador para las mujeres desempleadas.
Durante 25 años se mantuvo el asilo con cierto confort, dentro de la sencillez, pero, al verse mermados los bienes de Trinidad Grund, comenzó a decaer. A partir de 1880 se mantuvo con limosnas esporádicas y el trabajo de los niños y jóvenes asilados.

A trancas y barrancas fue sobreviviendo este centro social multiuso. En 1925 pasó los terrenos a propiedad de la sociedad anónima Azucarera Larios, como pago de un crédito que adeudaba la familia Heredia. No obstante, los nuevos dueños cedieron gratuitamente las instalaciones a la Congregación de las Hijas de la Caridad mientras mantenga la actividad docente.
En los años sesenta y principios de los setenta, el colegio albergaba un internado para huérfanas de mineros de reaseguros. Con la llegada de la ley de 1970, se llevaría a cabo la conversión del centro en un colegio de EGB, y en 1990 se transformaría para adaptarse a las exigencias de la Logse.

Actualmente cursan sus estudios 672 alumnos pertenecientes a once nacionalidades, además de la española: Paraguay, Ecuador, Argentina, Colombia, Brasil, Italia, Alemania, Armenia, Ucrania, Nigeria y Mauritania. Entre 40 y 45 profesores ejercen la docencia, de ellos sólo dos son religiosas, aunque en la comunidad hay seis monjas.