viernes, 20 de marzo de 2009

El asesinato de Marta

No salgo de mi asombro. El asesino confeso ha cambiado 3 veces de historia, y me parece que nos queda culebrón para rato.

Estoy de acuerdo con el padre de Marta. Estos ocultan a alguien importante o al menos a alguien que temen. Por eso no dicen la verdad. De la cárcel no se libran, pero está claro que ese alguien es quien les está dictando lo que deben decir. De ese modo, ellos pagan el pato mientras el verdadero culpable sigue oculto.

Y es que en esto veo la mano de la televisión. Cuando en TVE-1 echaron aquella serie llamada "Desaparecida" era como un manual de cómo ocultar un crimen. Y de verdad que parece calcado.
El novio fue el principal sospechoso desde el principio, y cambió la versión de la historia varias veces. Jugaron con todos hasta que finalmente se descubrió el verdadero autor.

También estoy a favor de la cadena perpetua. Un asesino no puede volver a la calle, porque aunque se arrepienta, eso no le impedirá vover a matar. Ya sabe lo que se siente y cómo se hace.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Por qué los gitanos se llaman Heredia

Manuel Agustín Heredia Martínez (Rabanero de Cameros, 4 de mayo de 1786 - Málaga, 14 de agosto de 1846) fue un empresario industrial y comerciante español de la naciente industrialización del siglo XIX.

Originario de La Rioja, emigró a Andalucía a la edad de 15 años, donde trabajó como dependiente de comercio en Vélez-Málaga. Empezó a hacer fortuna por el contrabando con Gibraltar durante la Guerra de Independencia.

Sus primeros proyectos empresariales comenzaron en 1808, creando sociedades en Vélez–Málaga y Gibraltar, relacionadas con los frutos secos y el vino. En 1813 se casó con Isabel Livermore, cuñada del Marqués de Salamanca e hija de un comerciante inglés afincado en Málaga: Tomás Livermore Page. Este hecho marcó su definitivo enraizamiento con la clase burguesa malagueña, que utilizó para sus proyectos industriales.

En 1826 creo la sociedad La Concepción en Marbella, en los que fueron los primeros altos hornos civiles de España, iniciándose así en actividades de ferrería, que continuaría con la fundación de La Constancia, en Málaga.

En estas fábricas trabajaron numerosos trabajadores de etnia gitana, por lo que muchos gitanos malagueños llevan el apellido Heredia.
Al no saber leer ni escribir, no estaban inscritos en ningún censo ni registro, ni tenían apellido. Los nombres más comunes eran como por ejemplo "Niña Pastori", que es lo mismo que "la hija de Pastora".

Hacia 1840, Heredia es ya el mayor empresario de España y el primer industrial ferretero. Sus industrias siderúrgicas emplean a unas 2.500 personas.

Aparte de la actividad siderúrgica, fue propietario de dos fábricas de jabón e hilados en Málaga y de una flota de 18 buques mercantes que comerciaban con América. También participó en una compañía de seguros, en el proyecto del banco de Málaga y la fundación del Banco de Isabel II y en una sociedad para crear una naviera de barcos de vapor para unir Cádiz con Marsella
Meses antes de su muerte llegó a ser nombrado senador. Sus actividades culturales incluyeron la fundación y presidencia del Círculo Malagueño y la crianza de caballos de carreras.

Trinidad Grund

Siempre que paso por alguna calle me pregunto a quién se ha dedicado, porque soy así de curioso. Siempre me había preguntado quién era esa tal Trinidad Grund, y por qué tenía tanto renombre en Málaga. Además, en mi familia se mencionaba mucho el colegio de San Manuel. Pero nunca supe bien por qué.
Y como se dice, "para muestra, un botón".

Bien, pues hoy 18/03/2009 el diario SUR de Málaga publica:

El legado docente de Trinidad Grund
La viuda de Manuel Heredia Livermore impulsó un colegio para enseñar a los hijos de los obreros y a los niños necesitados. Hoy, San Manuel cumple 150 años

LOS DATOS
Origen: En 1859 se crea el Asilo de San Manuel y las escuelas de párvulos, una idea de Manuel Heredia que materializó su viuda, Trinidad Grund.
Terrenos: El suelo, situado en El Bulto, era propiedad de la familia Heredia, pero en 1925, y como pago de un crédito, pasó a la familia Larios, manteniendo la cesión para el mismo fin.
Capilla: El templo adosado al colegio se levantó en 1922 y es obra del arquitecto Fernando Guerrero Strachan.
Actualidad: El colegio de San Manuel tiene 672 alumnos de doce nacionalidades y 45 profesores. Es concertado.
El próspero industrial malagueño del siglo XIX Manuel Heredia Livermore dejó escrito en su testamento el deseo de destinar un dinero para crear una escuela en la que pudieran formarse los obreros, los hijos de estos y sus viudas. El colegio se fundó en 1859 en la zona de El Bulto sobre unos terrenos de su propiedad, auspiciado por su viuda, Trinidad Grund, para acoger a los niños necesitados.
Desde entonces ha mantenido su actividad docente de la mano de las Hijas de la Caridad. Decenas de miles de niños han pasado por las aulas del colegio San Manuel. Ayer celebraron por todo lo alto el 150 aniversario de su fundación, aunque las actividades se desarrollarán durante todo el año.
Sin duda, el benefactor, hijo mayor de Manuel Agustín Heredia, «tuvo una mente preclara al querer que sus trabajadores estuvieran formados, como hoy en día lo pretenden los empresarios para incrementar la eficacia de la organización», señaló sor Antonia Toral, que comparte la dirección del colegio con Juana González, ambas religiosas de la Congregación Hijas de la Caridad.
A Trinidad Grund le sorprendió la temprana muerte de su marido con dos hijas pequeñas que, desgracidamente, perecieron en el hundimiento del 'Miño' cuando hacía la travesía hacia Gibraltar. A partir de tan desafortunado hecho, su vida se transformó y puso toda su inteligencia y voluntad al servicio de los menesterosos.

Se entregó en el Asilo de San Manuel. Para las escuelas de párvulos se sirvió de un grupo de señoras de la burguesía malagueña, si bien Trinidad Grund no estaba satisfecha con los resultados. Entonces reclamó ayuda a las Hijas de la Caridad de París, donde vinieron tres monjas a gestionar el centro. Una de ellas, sor Lequette, estuvo casi cincuenta años al frente de la casa.
La viuda de Manuel Heredia abrió el centro en época de máxima pobreza. Las juntas de beneficiencia no daban abasto para atender tanta miseria. Así, la caridad privada, organizada en distintas asociaciones, ejercía de benefactora de la población más pobre.
Con la llegada de las Hijas de la Caridad, la obra se amplió: se creó un obrador externo, una clase de niñas y un parvulario de niños. Más tarde se formó un internado para huérfanos de padre y madre hasta los 21 años. Posteriormente se organizó un lavadero y un planchador para las mujeres desempleadas.
Durante 25 años se mantuvo el asilo con cierto confort, dentro de la sencillez, pero, al verse mermados los bienes de Trinidad Grund, comenzó a decaer. A partir de 1880 se mantuvo con limosnas esporádicas y el trabajo de los niños y jóvenes asilados.

A trancas y barrancas fue sobreviviendo este centro social multiuso. En 1925 pasó los terrenos a propiedad de la sociedad anónima Azucarera Larios, como pago de un crédito que adeudaba la familia Heredia. No obstante, los nuevos dueños cedieron gratuitamente las instalaciones a la Congregación de las Hijas de la Caridad mientras mantenga la actividad docente.
En los años sesenta y principios de los setenta, el colegio albergaba un internado para huérfanas de mineros de reaseguros. Con la llegada de la ley de 1970, se llevaría a cabo la conversión del centro en un colegio de EGB, y en 1990 se transformaría para adaptarse a las exigencias de la Logse.

Actualmente cursan sus estudios 672 alumnos pertenecientes a once nacionalidades, además de la española: Paraguay, Ecuador, Argentina, Colombia, Brasil, Italia, Alemania, Armenia, Ucrania, Nigeria y Mauritania. Entre 40 y 45 profesores ejercen la docencia, de ellos sólo dos son religiosas, aunque en la comunidad hay seis monjas.

sábado, 14 de marzo de 2009

Economía básica para economistas

Me asombra leer que algunos planes y fondos de pensiones han tenido rentabilidad negativa (de hasta el -26% y eso es lo que admiten, la verdad será peor) porque han arriesgado invirtiendo en donde se producía más beneficio a corto plazo.
A ver si va a resultar que yo que tengo el dinero en una cuenta o guardado debajo de un ladrillo, resulta que he ganado un 26% sin hacer nada. Desde luego, sería para partirse de risa si no hubiera un montón de personas perjudicadas por todo esto.

Pero bueno, ¿a qué iluminado se le ocurre jugarse el dinero de su jubilación en operaciones de alto riesgo? A nadie que esté en su sano juicio. Pero claro, los lumbreras no jugaban con su dinero, sino con el de otros.

Así que señores, "no ganar" no es lo mismo que perder. Los que han perdido son los que tenían un dinero y ahora tienen un 26% menos. Ustedes no han perdido nada, salvo el respeto y la credibilidad.

Otro asunto es que los consumidores somos la base de la economía. No los bancos ni las empresas. Las empresas sin compradores no tienen negocio. El mercado de minoristas es el que mueve todo el resto de la máquina y no al revés.
Ustedes piensan que el ciudadano es quien debe soportar el coste del ejército, cuando lo que importa es que el ejército lo forman ciudadanos que trabajan para defender a todos los ciudadanos del país. De modo que es el ejército el que defiende a los ciudadanos y a cambio éstos lo soportan. Pero si el ejército no tiene a quién defender, no hay nadie que sufrague sus gastos y por lo tanto el ejército deja de ser viable economicamente, y lo que es peor, deja de tener sentido.

Las empresas no son ONG que trabajen altruistamente. Pero tampoco pueden ser monstruos despiadados que ignoren que sus trabajadores son personas. No se puede traficar con los puestos de tabajo como si fueran cualquier mercancía que se compra o vende según convenga. Además de inmoral, lleva a la destrucción de la empresa.
Porque el trabajador que sabe que no es más que un mero instrumento que en cualquier momento puede ser utilizado como moneda de cambio, deja de trabajar con un mínimo de ánimo y se dedica a hacer lo estrictamente imprescindible. De ese modo, el trabajo de cada elemento de la economía se hace con peor calidad, se hace sin ganas, sintiéndose explotado, mal pagado y pisoteado. Y claro, la rentabilidad de la empresa baja.

Hay que volver a los viejos valores del trabajo bien hecho, del trabajo honrado que se paga con un sueldo mínimo y quien no trabaje de esa manera, a la calle que si hay que despedir, que se despida a quien de verdad lo merezca. Y las empresas deben saber agradecer ese trabajo hecho con honradez y no premiar al "espabilao" que con cuatro "inventos" consigue un éxito tan efímero como una pompa de jabón. Luego la burbuja estalla y no queda nada.

No se puede aspirar a tener éxitos astronómicos a la velocidad de la luz. Quien tenga esa suerte que la aproveche, pero no puede ser para todos. Pero si forzamos la máquina, al final se resiente y se rompe. ¿Y quién la va a arreglar?

Así que señores economistas, el refranero español es muy ilustrativo. Veamos unos ejemplos:
  • De donde no hay, no se puede sacar.
  • Dime con quien andas y te diré quién eres.
  • No por mucho madrugar amanece mas temprano.

¿Abaratar el despido? ¡¡¡ Que la crisis la paguen ellos !!!

Es que hay que ser cínico. A ver cómo se puede decir que para CREAR empleo hay que facilitar la DESTRUCCION de empleo. No me salen las cuentas. A ver, ¿cuántos empleos hay que destruir para crear otros tantos nuevos? Seguro que los empleos nuevos son muchos menos que los destruidos.
Y de éste modo los señores empresarios, los que se supone que saben administrar sus empresas y sus negocios, dicen que la manera de solucionar su problema es despedir a sus empleados como medida de rescate de sus negocios. O sea, que ellos meten la pata y nosotros a la mierda.
Pero, ¿quién paga los platos rotos? Pues los de siempre: los currantes que dependemos de una nómina. Los señores empresarios, pobrecitos, que han dejado de ganar muchas veces lo que yo jamás ganaré, están quejándose todo el día. Y los que han quedado en el paro, que ya no tienen con qué pagar sus recibos de agua o luz, que les den.

Está demostrado que la mejor economista que he conocido era mi abuela, que decía que si tienes cinco, te gastas cuatro y te guardas el que sobra por si las moscas, para no quedarte sin nada. Y además que nadie regala duros a cuatro pesetas. Y mi abuela sabía escribir su nombre y leer despacito.
Pero claro, los economistas de altos vuelos, que hacen malabares con el dinero de otros y encima les pagan incentivos por arruinar a cientos de personas con operaciones fantásticas de dudosa legalidad, ellos no pagan. Pagamos el pato nosotros. Los que siempre pagamos y pagaremos con el sudor de nuestra frente. No con el sudor de el de enfrente, como hacen ellos.

A ver, señores con estudios y con inteligecias superiores a la media: que sepan que si siguen apretando el puño, los que ahora están mal van a estar desesperados, y cuando se pierde todo y no hay nada más que perder, lo siguiente es la venganza. Cuando ya no queda nada que proteger ni evitar, vamos a acabar echandonos a la calle, y pasando por la guillotina a unos cuantos. Y los que mueran no estarán peor que cuando estaban vivos. Porque no podemos más.

Con un sueldo de mierda no se puede pagar una hipoteca de 120.000 euros. ¿Cómo quieren que compremos pisos? Ya ni siquiera con dos sueldos se puede comprar un piso normal. Esto es absurdo. ¿Quién ha estado comprando viviendas hasta ahora? Pues los especuladores y los que quierían blanquear dinero. Pero eso se ha acabado y el mercado ha vuelto a los consumidores. Nosotros, los desgraciados que tenemos un sueldo.
Si encima perdemos el sueldo de mierda que teníamos y nos dan unos meses de desempleo, ¿con qué vamos a seguir consumiendo?

Todo esto es absurdo. Todo es cinismo y mentiras descaradas. Nadie dice lo que realmente ha ocurrido, y es que han robado todo lo que han podido y han abusado tanto de todas las leyes, normas y reglas de modo que hay tanta mierda en tantos sitios que no hay manera de enderezarlo.

Pues señores, empiecen por el principio. Sencillamente, porque no hay otra manera de limpiar el patio que empezando por una esquina y acabando por la otra. Poco a poco, despacito y buena letra, y ojo con volver a tener ideas geniales. Porque como metan la pata un poco más, se va a montar una buena.