sábado, 12 de marzo de 2011

Familias y mujeres

Siempre he oído muchos tópicos en mi vida, y uno de ellos es "las mujeres son la familia".

Y antes de que las feministas que puedan leer esto tuerzan el gesto, es algo que está comprobado. Y ante la experiencia no hay nada más que rechistar.
Las relaciones entre las mujeres se desarrollan de una manera distinta que entre los hombres. Y más si esas mujeres son parientes. Claro que no es una regla inamovible y que hay mujeres que no corresponden con esto. Pero pasando del tópico a los hechos, vamos a hablar de casos prácticos.

Desde que conocí a mi suegra, me dí cuenta de que ella era el nexo de su familia. Se ocupaba de permanecer en contacto con hermanas, primas, tías y demás. Las llamaba con frecuencia distinta según la afinidad que por supuesto nunca tiene el mismo grado ni siquiera dentro de la misma familia. Pero mantenía el contacto e incluso las visitaba. Y visitaba a su suegra, la abuela Bárbara, que vivía sola en una casa baja. También es cierto que su marido (mi suegro) iba a verla, pero como aquel que dice iba a regañadientes y de higos a brevas. Mi suegra no, iba con sus hijas para que la abuela viera a las nietas, que si no, no las veía de otro modo.
Cuando mi suegra murió, la familia se disgregó ostensiblemente. Mi mujer no mantenía la costumbre de llamar a sus tías con lo cual la familia se distanció poco a poco.

Y en mi familia, mi abuela era quien conectaba con las otras mujeres de la familia para reunirse cuando se podía. Pero el círculo se estrechaba poco a poco, cada uno tiene su vida y otros iban muriendo cuando les llegaba la hora. Cuando murió mi abuela, se perdió la conexión con sus hermanas y hermanastras. Mi madre continuó en contacto con algunas primas de las que tenía cerca, pero poco a poco conforme se ha hecho mayor el contacto ha ido disipándose, porque los achaques le han ido impidiendo salir de casa y mucho menos ir de visita.

Con estas simples experiencias he comprobado que cuando las mujeres desaparecen, las familias se encogen,  se desconectan unas de otras y casi desaparecen también.

Por eso estoy de acuerdo con el dicho. Las mujeres son la familia, y sin ellas no hay familia ni nada. Eso sí, hay veces que algunos hombres hacen ese papel  y no es necesario que sean homosexuales. Sólo que las relaciones con hermanos y primos sean buenas. Pero eso parece que es mucho más difícil que en el caso de las mujeres, y es por algo inherente al macho ibérico: el individualismo y el egoísmo. Las mujeres son normalmente más conciliadoras y más habladoras, y la fuerza de la palabra es más eficaz que la de los silencios agresivos de los hombres.

Hay nuevas modalidades de familia en este momento, pero siempre es lo mismo, para que haya familia hay que mantener las conexiones, los enlaces. Si no hay nadie que lo haga (que en la familia tradicional es casi siempre una de las mujeres) la gran familia desaparece y quedan dispersas en grupos más pequeños de familias básicas (padre-madre-hijos).