domingo, 25 de octubre de 2009

Miserias humanas

Acabo de ver la película "Millenium 1: los hombres que no amaban a las mujeres".
Me ha gustado bastante, no deja de ser la típica película policíaca (aunque los protagonistas no sean policías, sí que aparece un policía como actor secundario y hay unos crímenes por resolver) y tiene un aire extraño, original y melancólico.
Lo peor es que deja un amargo regusto que aún no he conseguido quitarmelo de la boca, o mejor dicho del alma. Y es que retrata una serie de personajes a cual más asqueroso y ruin. Por un lado, el tutor de Lisbeth que la chantajea para abusar sexualmente de ella sin el más mínimo reparo. Por otro lado, el asesino de mujeres que no solamente se jacta de lo que hizo, sino que además tiene que enseñar a su hijo cómo se hace, y para ello no duda en violar y maltratar a su propia hija.
El personaje que más me ha gustado es obviamente el de Lisbeth, porque es una víctima que no se resigna y se revuelve contra quienes le atacan, tomando su venganza. El hecho de que quemara vivo a su propio padre porque abusaba de su madre, por un lado es algo horrible, pero por otro es lo único que podía hacer, lo hizo y eso marcó su vida, pero ya no es una víctima. Tampoco es un verdugo, y la extraña relación con el periodista Blomkvist es evidente que está marcada por los miedos que acumula en su interior, y no es capaz de confiar en nadie, aunque sabe que él no es un enemigo sino todo lo contrario.
Y es que como todos los animales apaleados, confía únicamente en alguien que no hace nada por acercarse a ella, simplemente espera a que ella sea la que se acerque si quiere.

Pero aunque los malos paguen sus crímenes con la muerte, o como en el caso del tutor sádico, recibiendo de su misma medicina, queda el regusto amargo de que haya personas así.
Y no es ficción, porque hoy mismo han metido en la cárcel a los padres de un niño de 2 meses y medio que ha fallecido por los malos tratos, y su hermano mellizo está en el hospital.
Es algo inconcebible. ¿La naturaleza es sabia? ¿Por qué no son estériles estos mal nacidos? ¿Por qué crían hijos que harán lo mismo que ellos, en una secuencia sin fin?

Pena de muerte o castración. Eso es lo que merecen. Y además no volver a saber jamás de su hijo, el que queda vivo, y ojalá que no haga lo mismo que sus padres.

domingo, 11 de octubre de 2009

¿Soy español?

Hace poco ví en un capítulo de lo que antes se llamaba una "novela" y ahora se llama "serie de televisión" una escena en la que la actriz decía al actor "qué poco español eres", por el sencillo motivo de que el personaje se empeñaba en no saltarse las normas y hacer lo que estrictamente marcaban las leyes y normas municipales.

Y de ese modo se escribe la historia. Según esa manera de pensar, yo no soy español. Me gusta que las normas se apliquen a todos por igual e incluso me las aplico a mí mismo, y me callo y asumo las consecuencias de mis errores. Soy incapaz de discutir con un guardia cuando me está poniendo una multa si tengo el coche aparcado en lugar prohibido.

Sin embargo, en este país, se fomenta y se admira al "jeta" que tras sacar su arsenal de "mañas" es capaz de salir indemne después de cometer alguna ilegalidad más o menos grande.

Me da verguenza ajena. Será porque no soy español.