viernes, 15 de julio de 2011

Reinventar el socialismo

Me veo en la obligación, últimamente, de explicar a muchas personas lo que es el comunismo y el socialismo. Y es que desde la caída de la antigua Unión Soviética, el público ha dado por perdido algo que en realidad nunca llegó a funcionar.

El comunismo se puede resumir en el concepto de que no existe la propiedad privada y por lo tanto todos los bienes son comunes. La administración de los bienes se deja al Estado, de modo que nadie es propietario de nada y el Estado es el que reparte los bienes según unos criterios que se establecen en unas normas.

Hasta aquí muy bien, pero hay mucho por detallar en esas afirmaciones, por ejemplo cómo se decide a quien le corresponde qué. Y en eso es en lo que han fallado siempre los regímenes comunistas que se han llevado a la práctica, porque han acabado siendo dictaduras de una élite normalmente dentro de una organización llamada "partido".

El socialismo propone, resumiendo  las distintas variantes, que exista la propiedad privada pero el reparto de los bienes se sigue manteniendo en manos del Estado, de modo que habría bienes comunes y bienes en propiedad, bien obtenida por el trabajo o por herencia.

En realidad ninguna de estas dos fórmulas básicas se ha llevado a la práctica, salvo en los países comunistas y con un éxito relativo, que ha llevado mas bien a su ruina económica, pues ambas atribuyen al estado el poder de controlar y administrar los bienes de producción. Y aquí es donde viene el problema, en lo que se llama la "economía planificada". El problema es si el planificador (sea quién sea y se elija como sea) comete un error. En el mercado mundial, el error se corrige de manera expeditiva: la empresa va a la quiebra si no rectifica a tiempo. Los trabajadores se quedan sin empleo y lo buscan en otras empresas.

Sin embargo, en la economía planificada comunista/socialista, lo que se ha hecho en todos los paises es negar la evidencia de los errores cometidos. De ese modo, no solamente no hay manera de solucionar el problema, es que se niega el problema en sí. Por lo tanto, no tiene solución porque ni siquiera se intenta buscar la manera de arreglarlo.

Ahora bien, que me digan lo que quieran, pero estas teorías utópicas suenan mejor que lo que hay en este momento, que es que los grandes capitales (o sea, los bancos) manejan las empresas grandes y pequeñas, porque disponen de los fondos con los que las empresas se financian. De manera que la planificación económica es, en el mundo capitalista actual, totalmente imposible porque nadie sabe con certeza los derroteros que tomará la economía. Y además se utiliza la economía como arma de guerra contra quien sea el enemigo.

¿Qué podemos hacer? Pues más o menos que hacer un "refrito". O sea, cogemos las cosas que están bien porque sabemos que han funcionado, y abandonamos la utopía.

Podemos hacer un nuevo socialismo, en el que "socialismo" signifique proteger a la población, pero no por que es un recurso productivo del país, sino porque es lo que hay que hacer. No hay democracia real porque en este mundo ultracapitalista no hay igualdad de hecho. Aunque las mismas leyes nos gobiernen a todos, el que tiene dinero y se paga un abogado de alto nivel puede librarse de muchos problemas, mientras que el asalariado apenas puede costearse un acta notarial. Por lo tanto NO EXISTE LA IGUALDAD ya que las leyes en teoría son iguales para todos, pero en la práctica NO.

El "estado del bienestar" que a todo el mundo le gusta no es más que un soborno para que la que se llamaba "clase obrera" estuviera con la barriga llena y calladita. Para eso, se ponen los precios de la alimentación por los suelos, y con ellos los de todas las necesidades básicas. De ese modo la clase obrera, que no pasa grandes necesidades, sigue callada y sin protestar.

Pero es que el "estado del bienestar" ha sucumbido de manos de unos desaprensivos que han exprimido tanto a la vaca que la vaca se ha quedado escuálida y no da mas leche. De modo que la clase obrera está viendo que su bienestar va empeorando, que ya no tiene dinero para gastos y muchos ya les cuesta comer cada día. Y han empezado las protestas.

Tenemos que utilizar la política como medio de controlar a los capitales, porque si no, esto será como el oeste, la ley del más fuerte hasta para comprar una barra de pan. Pero los políticos están comprados al servicio de los capitales, con lo cual la política no nos sirve. No nos creemos nada, a menos que se establezcan los mencanismos que garanticen que la política no se pueda corromper, y el que lo pillen en algo, que lo pague bien pagado.
Me viene ahora la imagen de Roldán, el famoso ex-director de la Guardia Civil, un individuo sin escrúpulos que desvió los fondos reservados para su propio beneficio. Y fue a la carcel, pero salió y no pagó ni un duro. Así eso es lo que no puede ser, si no paga que siga en la cárcel hasta el fin de sus días. Pero claro, algunos favores haría a alguien.

El problema real es que el capitalismo en su modo más despiadado ha tomado el control de todo, porque todo está en manos de la banca. De ese modo, jamás habrá de nuevo un golpe de estado en España, porque los grandes bancos tienen las manos metidas en todas partes, el ejército incluido. A nadie le interesa, salvo a cuatro idealistas locos.

Pero algo hay que hacer, y espero que sea de manera pacífica, porque cualquier otro modo, sea golpe de estado o revolución, solamente traerá muertes y tragedias, salvo para los que ganen la pelea de gallos.

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