miércoles, 17 de julio de 2013

El desastre de Maracaná

Ha sido tan desastroso que no me lo creo, y si no hubiera visto el partido no lo habría creído.

Se me ha ocurrido escribir esto al leer sobre Iniesta. Y es que no salgo todavía de mi asombro de cómo la selección de Brasil supo anular a Iniesta y a Xavi. Porque éso es lo que hicieron, los anularon. Consiguieron que no hicieran nada a derechas, perdieran balones y dieran malos pases.

Y decir malos pases en el equipo del "tiqui-taca" es bastante grave. Es una de las virtudes de la selección campeona del mundo, pero en Maracaná se perdió la virtud. Desapareció anulada por un equipo de jóvenes con ganas.

Quizá la selección necesite sangre fresca y joven y don Vicente se haya equivocado. Claro que equivocarse con Brasil es equivocarse con un equipo que a la mínima oportunidad te hace un gol. Y eso es lo que ha pasado. Los errores se pagan, y con Brasil no tenemos mucha experiencia de juego.
Además el equipo se ha renovado recientemente, con lo cual el juego de España es mucho más conocido que el de Brasil. Claro, que hay hemerotecas y vídeos en YouTube para dar y repartir, pero además de ver partidos del rival, hay que saber jugar nuestras bazas, y no hemos sabido. Nos han roto el juego y además nos han quitado el balón. Así no hay manera.

Muchos dicen que don Vicente (Del Bosque) no es ni ha sido nunca un buen entrenador. Que se limita a dejar que los jugadores hagan lo que les dé la gana y que así ha conseguido ganar el mundial y las eurocopas gracias a lo que hicieron los anteriores.
Ni mucho menos. Lo que ocurre es que don Vicente es un señor discreto que viene a trabajar. No es un divo de las ruedas de prensa que se dedique a dar portadas a los periódicos. Por fin se fue Mourinho que según algunos es un magnífico entrenador, y no ha podido con el Real Madrid. Pero la diferencia entre ambos es palpable, y es que con don Vicente el Real Madrid consiguió ganar más títulos que con Mourinho.

Y encima don Vicente es un señor. Con todas las letras. Un señor educado, prudente y que no dice barbaridades ni hace payasadas como otros. Porque aguantar que te hagan la misma pregunta veinte veces sin perder la paciencia, es bastante difícil, pero va con el oficio, y hay que aguantar las soplapolleces de los periodistas, aunque muchos no sepan ni la hora que es.

Por lo tanto, solo espero que todos hayan aprendido la lección y por mi parte les sigo teniendo el máximo respeto. Y mi apoyo incodicional. Han perdido un partido, y quien conoce el fútbol sabe que ningún equipo gana todos los partidos, ni siquiera Brasil.

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